Nación Chichimeca
NACION CHICHIMECA
Por: José Omar García Hernández
NUESTRA HISTORIA SAN LUIS DE LA PAZ - Durante la conquista de nuestro país en el siglo XVI, los españoles enfrentaron a un adversario tan feroz y belicoso que su sola mención los hacía temblar; tan astuto y poderoso que tardaron cuarenta años en dominar; tan indómito y atrevido que por las armas no pudieron vencer. Este extraordinario contrincante fue la Nación Chichimeca.
En el antiguo valle de Juagué-nandé, hoy municipio de San Luis de la Paz, existe la última comunidad chichimeca-jonaz. Sus habitantes hacen un esfuerzo por mantener sus costumbres y su lengua a pesar de la globalización que vive nuestro planeta.
Los Chichimecas eran grupos indígenas nómadas y semi-nómadas que provenían del norte. La tradición cuenta que su sitio de origen fue Chicomoztoc, lugar de las siete cuevas. De ahí, se diseminaron por diferentes regiones del México antiguo y se le denominó a su extenso dominio La Gran Chichimeca. Esta abarcaba los actuales estados de Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí, Aguascalientes, Zacatecas, Durango y parte de Coahuila.
Son distintas y hasta contradictorias las versiones que se dan sobre el significado de la palabra chichimeca. La mayoría de ellas fueron dadas despectivamente por pueblos nativos enemigos y adoptadas por los conquistadores. "Perro sucio e incivil" es la más común, ya fuera por el pavor o el odio que infundían; para otros significa "águilas" aludiendo a su carácter belicoso y rapaz; algunos más lo relacionan con "chichime" refiriéndose a la costumbre de ellos de beber la sangre de sus presas y quizás de los guerreros vencidos en algunas ocasiones. La definición más dignificante y que nos habla de su cultura es "chichi" el que es amamantado (el hijo) y "mecatl" mecate-cuenta; así pues "chichimecatl" quiere decir "los hijos de la cuenta o del calendario" según fuentes escritas por Chimalpahim y otros.
Cuatro eran los principales grupos Chichimecas: pames, guamares, zacatecos y guachichiles. Estos a su vez se dividían en sub-grupos o tribus. El noreste del estado de Guanajuato era habitado por guamares y pames. Gonzalo de las Casas, escritor del siglo XVI, llama a los guamares los más valientes, aguerridos y astutos de los chichimecas. Los pames según Phillip Powell, gran estudioso de su cultura, eran nómadas que se desplazaban en gran parte de la zona de los guachichiles y otomíes. Por lo cual habían absorbido de estos últimos algunos "refinamientos culturales", particularmente en el ámbito de las prácticas religiosas.
El modo de vida por toda la Gran Chichimeca variaba muy poco de un grupo a otro. Por ende, se pueden enunciar ciertos usos, costumbres y tradiciones comunes entre ellos:
Eran cazadores y recolectores, pero sobre todo indómitos guerreros. Su manera de cazar y de pelear era principalmente con arco y flecha. El arco estaba hecho de maderas que existían en la zona; la flecha era de caña y con punta de obsidiana o simplemente tostada; la cuerda era de fibra vegetal, humana o de tendones de animales. Su destreza y puntería con el instrumento era digna de temor y respeto.
Ellos se alimentaban de la carne obtenida de los animales de caza que abundaban entonces. Ejemplos de ellos eran el venado, el conejo, el tlacuache, la liebre y el armadillo. No desdeñaban tampoco los gusanos, las ratas, las víboras, los insectos, las aves y los peces. Estos eran comidos crudos o parcialmente cocidos.
Como recolectores, los cactus y los mezquites les proporcionaban otra parte importante de su alimentación, ya que comían tunas crudas, secas o en licor (colonche). Las hojas, flores y corazón de cactus los cocían en hornos subterráneos. Con los mezquites hacían un pan que aguantaba mucho tiempo y elaboraban a su vez un licor.
Otros alimentos eran el agave, los magueyes, el zapote, las pitayas, la borrachita. Asimismo comían raíces parecidas a las papas o a la yuca, semillas de una planta llamada cimatl (frijol rojo). En algunos sitios se cultivaba rudimentariamente el maíz y las calabazas. Es conocido que consumían además la miel que producen la avispa, la hormiga y el jicote.
Estos grupos en general no construyeron ningún tipo de viviendas permanente; se limitaron a utilizar cuevas naturales o a edificar sencillos albergues hechos de lodo, pencas de maguey, palma o zacate.
Dentro del ámbito familiar, se unían en parejas y todo el trabajo del hogar era propio de la mujer. Recolectaban y preparaban los alimentos, cuidaban los niños y se encargaban de mudar sus pertenencias. Los hombres solo cargaban el arco y la flecha para la caza y guerra.
En relación al vestido, el hombre usaba a veces un taparrabo de fibras o de piel, unas sandalias de estos mismos materiales, se pintaban el pelo y el cuerpo con almagres y minerales. La mujer vestía como falda pieles de animales. El torso quedaba al descubierto.
Se dice que creían en deidades simbólicas del sol y la luna, a quienes rendían tributo, respeto y ofrendas; de ahí que fueran estudiosos de los fenómenos astronómicos. Sus juegos, danzas y fiestas tenían un propósito ritual.
En la época prehispánica, los Chichimecas eran sumamente temidos por su belicosidad y fiereza por los demás pueblos. Nunca pudieron ser sometidos por nadie, ni aún por los poderosos aztecas. Al arribar los españoles, tampoco ellos lograron vencerlos por las armas. Es así que los conquistadores se enfrentaron a la más larga y cruenta lucha en América, la cual duró cuatro décadas, de 1550 a 1590.
No fue ni a sangre ni a fuego como fueron finalmente pacificados, sino se vieron forzados por carencias de alimentación y salud a aceptar "tratados" en los que se les otorgaron favores y territorios para sobrevivir. Aunque se cree que muchos de estos indómitos guerreros nunca se vencieron y prefirieron aislarse y desaparecer a lugares desconocidos.
Hoy, los chichimeca-jonaz, descendientes de estos grandes guerreros y pobladores originales del valle en el que se localiza actualmente nuestra ciudad, tienen su última comunidad en los territorios otorgados por el virrey Don Luis de Velasco II: La Misión de Chichimecas.
Esta se encuentra a pocos metros de la cabecera municipal y cuenta con aproximadamente 4,000 habitantes. Está dividida en dos partes por la carretera libramiento que lleva a San Luis de la Paz: la Misión de abajo al poniente y la Misión de Arriba al oriente.
Ellos utilizan la palabra úza "nativo" y su plural ézar "nativos" para referirse a sí mismos y a cualquier persona indígena. Solo cuando hablan español emplean las palabras chichimeca, chichimeco para autonombrarse.
Su lengua, el chichimeca-jonaz, perteneciente a la familia otomangue, parece ser una construcción de distintas lenguas. El término "jonaz" es de suponer que fue dado por los evangelizadores jesuitas que lo relacionaban con el personaje bíblico del mismo nombre, debido a las difíciles condiciones en las que vivían.
A pesar de que ahora profesan en su mayoría el catolicismo, aún se recuerda en las fuentes orales la existencia de ritos en honor de una deidad llamada Curi-caberi, dios del agua, representado a través de una figura de barro (algunos restos de esta pieza podemos apreciarlos en el museo comunitario del Mineral de Pozos). Se tiene conocimiento de un adoratorio de esta deidad en el cerrito que ocupa en el presente el Santuario de Guadalupe de San Luis de la Paz.
Tienen 3 fiestas principales: La primera en honor de San Luis Rey de Francia (25 de agosto), otra en honor de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre) y pocos días después otra para celebrar a la Virgen de Guadalupe (12 de diciembre). En ellas, las danzas de rayados (franceses e indios), azteca y concheros hacen gala junto con el chimal [foto]. Este último significa escudo y es una ofrenda elaborada con cojoyos de palma lechuguilla en forma de flor; llegando a medir hasta 5 metros o más de altura.
En la actualidad, los ézar toman conciencia de la importancia de valorar sus costumbres, lengua y tradiciones; así como de organizarse para ser parte del desarrollo del municipio. Para ello tienen un Consejo Comunitario donde se toman las principales decisiones de la comunidad. Cuentan con un Centro Interuniversitario del Conocimiento en el cual se imparten cursos de computación, corte y confección, cocina, nutrición y artesanías. Además, tienen tres escuelas de nivel básico, Chupitantegna, Alfonso Caso y Plan de Juarez; donde la educación bilingüe (Chichimeca-Jonaz/Español) es parte fundamental. También existe un video-bachillerato y dos salas de lectura.
Para nosotros los Ludovicenses, es de suma importancia la valoración de la historia y cultura Chichimeca, puesto que por nuestras venas corre sangre de estos admirables y aguerridos indígenas. Hagamos que nuestra hermosa tierra sea por todos reconocida como la siempre valiente y orgullosa ¡Nación Chichimeca!
José Omar García Hernández
San Luis de la Paz, Gto. / 20 de Agosto de 2002